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¿QUÉ SE SIENTE AL INTENTAR SUICIDARSE?

El fundador de N/A, Grover, responde a las preguntas de un estudiante de Secundaria

(Reproducido de la Revista de la Salud Mental ® de Junio de 1973)


LA VIDA ES UN PRECIOSO REGALO Y EL PENSAR EN TERMINAR CON ELLA ES ALGO QUE NINGÚN LIBRO PUEDE EXPLICAR. 

SOLAMENTE UNA PERSONA QUE LO HA INTENTADO PUEDE SABERLO
Por Fred K., estudiante de Secundaria, Bronx, Nueva York.


Estimado Sr. B.:

       Me llamo Fred y soy un estudiante de Secundaria de la Ciudad de Nueva York.   En mi clase de higiene, entre otras cosas, discutiremos el tema del suicidio. 

Tengo que hacer un reporte al respecto y aunque sé que hay disponibles libros y artículos de periódicos, creo que me ayudaría mucho más escucharlo de una persona que ha pensado o ha intentado suicidarse.

La vida es un precioso regalo, y el pensar en terminar con ella es algo que ningún libro puede explicar, solamente una persona que lo ha intentado puede saberlo. 


Yo leí un artículo acerca de usted en EL OBSERVADOR NACIONAL, el cual fue escrito por James Driscoll, y aunque me he informado acerca de lo que es N.A., no era realmente lo que estaba buscando.
 Sé que le estoy pidiendo mucho, pero creo que un cuadro vale más que mil palabras, y una carta personal suya vale más que mil libros.

Mucho agradeceré si me pudiera ayudar en este asunto para que yo pueda ayudar a otros.

Muchas gracias.

Fred K., Bronx, Nueva York.



Estimado Fred:


Muchas gracias por tu carta y por tu interés en este tema tan importante. Me complace poder contarte acerca de mis cinco intentos de suicidio,

 cómo me sentí en esos instantes, y cuáles fueron mis razones para tomar tan drástica decisión. Espero que mi experiencia sea de utilidad para ti, tu clase de higiene y para otras personas que tú quieras ayudar con este tema.

Estoy seguro que mis sentimientos, razonamientos y acciones son típicas de todas las personas que intentan o piensan en el suicidio.

 Yo he hablado con muchas personas que han tratado de suicidarse y ellas están de acuerdo conmigo y comparten mi experiencia. Nos vemos “de tú a tú”, por lo que creo que estoy escribiendo no sólo en mi nombre sino en nombre de muchos.


Agradezco que me pidas que escriba acerca del suicidio, porque contestar tu carta me brinda una magnífica oportunidad de publicar mi respuesta en nuestra Revista de la Salud Mental para que muchas otras personas puedan saber más acerca de esto.

Tú has servido no sólo a tu clase, sino también a muchas otras personas. Con mis más cordiales agradecimientos me suscribo.



Aquí está:

QUÉ SE SIENTE AL INTENTAR SUICIDARSE. 

NO QUERÍAMOS MATARNOS,

 SÓLO QUERÍAMOS MATAR EL INSOPORTABLE DOLOR QUE NOS

CARCOMÍA POR DENTRO.

SI MORÍAMOS EN  NUESTRO INTENTO DE MATAR EL DOLOR QUE

SENTÍAMOS, ESO NO TENÍA LA MENOR  IMPORTANCIA.



Para Fred K., de Grover B.

Querer suicidarnos, acabar con nuestra vida, es la última agonía del ser humano. 

Todos queremos vivir, pero cuando el dolor mental y emocional se convierte en algo tan grande durante tanto tiempo, la vida se convierte en algo insoportable y la muerte parece ser el único escape y el único medio de  encontrar la paz deseada.

EL INSOPORTABLE E INSEPARABLE DOLOR ES LA CAUSA DE LOS INTENTOS DE SUICIDIO 

Y hay un hecho importante que sobresale entre los otros con relación al suicidio:

 ¡NO QUERÍAMOS MATARNOS; SÓLO QUERÍAMOS MATAR EL INSOPORTABLE DOLOR QUE NOS CARCOMÍA.

SI MORÍAMOS EN EL INTENTO DE MATAR EL DOLOR, NO NOS IMPORTABA; EN REALIDAD ERA UN BAJO PRECIO EL QUE TENDRÍAMOS QUE PAGAR
¡SI CON ESO NOS LIBERÁBAMOS DEL DOLOR!

Nos tomó mucho tiempo recorrer callejones sin salida para llegar al punto en que la muerte es preferible a continuar nuestras vidas intolerables.


Muchos de nosotros tratamos con medicina, religión y psiquiatría, sin ningún resultado.

Tratamos por medio de hipnosis, astrología, que nos leyeran la mano, cualquier cosa que nos diera al menos una mínima esperanza de alivio para nuestro sufrimiento.

Tratamos a través de enamorarnos, de las apuestas, del boliche, de andar en bicicleta y hasta por medio del alcohol y las drogas, pero llegamos a la conclusión de que no había salida.

No nos quedaba otra cosa que probar más que la muerte.

La muerte comenzó a parecernos algo muy bueno.
Siempre tuvimos un miedo terrible a la muerte, pero el intolerable sufrimiento nos hizo sobreponernos a ese miedo.

Hubo una vez en que amamos la vida, alrededor de nosotros vimos el amor, la belleza, la armonía, las cosas buenas de la vida, cómo otros eran felices, pero a nosotros todo eso nos era negado, no sabíamos cómo encontrarlo. 

Estábamos enfermos, es cierto, pero no podíamos encontrar un alivio a nuestra enfermedad que no comprendíamos. 

Todo era negro y triste; no había una luz en ninguna parte, ni un rayo de esperanza, sólo una terrible oscuridad y una profunda desesperación.

La mente de las personas normales no puede comprender esta total y negra desesperación y ojalá que nunca les suceda a ellos.

Para saber lo que es el sufrimiento uno debe haber sufrido y nosotros no le deseamos a nadie ese sufrimiento. 

Nadie puede saber lo que es un dolor de muelas a menos que lo haya padecido, aumente usted ese sufrimiento miles de veces y quizás eso le dé una leve idea de lo que es el sufrimiento de la persona que intenta suicidarse.

Pero esto será sólo una leve indicación, si uno no puede soportar el dolor que sufre en la vida y prefiere la muerte, es porque la muerte debe ser mejor que el dolor.

Los profesionales han dicho que los intentos de suicidio son “un grito pidiendo ayuda”. 

Nosotros diríamos que en los primeros intentos de suicidio esto es cierto, no queríamos morir, sólo librarnos del dolor y queríamos ayuda. 

PERO CUANDO SOBREPASAMOS EL PUNTO DE “GRITAR PIDIENDO AYUDA” LLEGAMOS AL PUNTO DONDE LO ÚNICO QUE QUERÍAMOS ERA LIBERARNOS DEL DOLOR,

¡QUERÍAMOS MORIR! NO OBTENER AYUDA SINO ¡MORIR! La ayuda ahora nos disgustaba ¡QUERÍAMOS ESCAPAR, QUERÍAMOS PARAR AL DOLOR,

QUERÍAMOS MORIR! Cambiamos el “grito pidiendo ayuda” por “UN GRITO LLAMANDO A LA MUERTE”.

Patrick Henry dijo: “Denme libertad o denme muerte”. Nosotros decimos: “Libérenme del dolor o denme muerte”.

 La libertad no es tan importante como la liberación del dolor. 

De hecho, si la falta de libertad es dolor, quizás Patrick Henry estaba hablando acerca de lo mismo de lo que nosotros estamos hablando.

La libertad es independencia del cautiverio y nuestro dolor era cautiverio,


así es que nosotros también queríamos “libertad o muerte”; en nuestros casos libertad era la independencia de nuestro cautiverio de dolor. 

Patrick Henry fue considerado brillante, no loco; y nosotros tampoco estábamos locos, únicamente queríamos “libertad (independencia del dolor) o muerte”. 

Esto da una nueva esperanza a la persona suicida, ella probablemente sea bastante inteligente, pero no “loca”.



Ya que estoy escribiendo acerca del suicidio, permítanme continuar con una seria consideración sobre el particular. 

Con seguridad alguien dirá: “los únicos expertos en el suicidio ya no están aquí para contárnoslo” y nosotros estamos de acuerdo con esto. 

Desde este punto de vista no hay expertos en suicidio que nos digan cómo es, pero nosotros nos consideramos lo más cercano a un experto en suicidios.


Tratamos de suicidarnos y casi lo logramos, así que creemos ser lo más parecido a un experto. 

Como nuestro amigo Fred dice en su carta, “sólo una persona que lo haya intentado puede decirlo”, así como a Fred esto le parece correcto, nos lo parece a nosotros y esperamos que a usted también.

Yo he dicho que es el insoportable e inseparable dolor lo que lleva a la persona a querer suicidarse.

 Veamos cómo es el dolor; como crece, cómo se convierte en intolerable y tan agudo que una persona estaría dispuesta a CUALQUIER COSA para hacerlo desaparecer. 

Como Fred dice en su carta, “la vida es un precioso regalo y pensar en acabar con ella, es algo que sólo las personas que lo han intentado pueden decirlo.

Permítanme contarles mi experiencia personal con el intolerable y terrible dolor que me llevó a intentar suicidarme cinco veces antes de que yo tuviera 21 años de edad. 

Primero, déjenme decirles que yo estaba actuando seriamente, yo sí quería ESCAPAR, ¡quería morir! 

Había tratado por todos los medios de librarme de mi sufrimiento, había visto muchos médicos, clérigos y a un psiquiatra por dos años, dos veces por semana, y no obtuve ningún alivio, en realidad continúe empeorando. 

El dolor mental y emocional creció en tal forma que, sinceramente, hasta llegue a desear matarme, pero en realidad yo solo quería matar el dolor, no a mí mismo.

Aunque era verdaderamente sincero, mis dos primeros intentos de suicidio no fueron sino “un grito pidiendo ayuda” que no obtuvo respuesta; el tercer intento fue un poco más serio y entonces si quería morirme. 

El cuarto intento fue “UN GRITO PIDIENDO LA MUERTE”. Y en el quinto casi lo logro.



Fui un niño temperamental e inmaduro. Tuve unos padres maravillosos, pero no conocí el amor, ni pude sentir seguridad. 

Crecí con esta profunda enfermedad que empeoró con los años, curse con éxito mi secundaria, aunque siempre con problemas emocionales, me gradué y comencé a trabajar para una gran organización.



Permítanme decirles que tuve también algunas épocas buenas durante mi niñez y adolescencia, aun en medio de todo mi sufrimiento. 

Pero a los pocos meses de comenzar a trabajar me llegó una profunda depresión. No sabía lo que era y nunca la había sentido. Me asusté, sentí que la vida se me escapaba. 

Antes de esta depresión, había disfrutado muchas cosas, pero de repente nada me importó, sólo sentía un agudísimo dolor. 

Sabía que algo estaba mal, pero no sabía qué era. También me di cuenta de que tenía que hacer algo al respecto.

Comencé a ver médicos, clérigos y a un psiquiatra, pero no obtuve ayuda. 

En realidad continúe enfermándome cada vez más hasta que mis tendencias suicidad se intensificaron tanto, que el psiquiatra les dijo a mis padres que no podría continuar haciéndose cargo de mí. 

Ya había intentado suicidarme en tres ocasiones mientras lo estuve consultando.



Un problema importante para la persona suicida es la elección del método para quitarme la vida. 

Se piensa mucho en esto. Después de todo, lo único que a uno le importa es triunfar en el intento de hacerlo.



Fue en este punto, después de tres intentos, que tomé un curso de aviación, buscando un método para suicidarme. 

Planee convertirme en piloto y cuando las cosas se pusieran muy mal, alquilaría un avión, lo elevaría muy alto y después me vendría en picada. Dramático ¿no? 

Ustedes podrán ver que yo creía que en esta forma ¡REALMENTE FUNCIONARÍA Y CUMPLIRÍA MI COMETIDO! Además, no sería una desgracia para mi familia porque probablemente sería considerado como un accidente.

El psiquiatra sabía que yo estaba tomando lecciones de aviación con ese objetivo, y decidió entregarme a mis padres. Esto me desanimó y seguí adelante con mis planes de quitarme la vida.

Había considerado varias formas para suicidarme, pero las rechacé por varias razones. Quizá una lista de dichos métodos será muy útil:


Saltar de un puente.

Muchas personas lo han hecho pero no han muerto, habiendo conseguido únicamente mutilarse alguna parte del cuerpo, y han tenido que continuar viviendo siendo inválidos. No es lo suficientemente seguro.


Cortarse las muñecas.

Muchas personas lo han hecho y han sobrevivido. Es un método muy miserable y toma demasiado tiempo desangrarse hasta morir. No es efectivo.


Tomar veneno.

Es demasiado difícil conseguirlo y al querer comprarlo pueden sospechar de uno y comenzar a seguirlo. Se necesita saber exactamente qué clase de veneno y qué cantidad hay que tomar. No había un lugar para obtenerlo por entonces.



Darse un balazo.

Muchos se han dado en el cerebro y han sobrevivido. Sólo se han mutilado. Demasiado difícil conseguir una pistola y no es un método muy efectivo ni seguro.



Saltar al paso de un carro o del tren.

Muchos han sobrevivido a esta experiencia. No es lo suficientemente seguro, podría tener que vivir siendo un inválido.



Como éstos, hay muchos más que no considere correctos.



Como podrán ver, seleccionar un método seguro ¡es realmente un problema! No es fácil. Aprender a volar me parecía que era la solución perfecta.



Para no hacer el cuento largo, quiero decirles que traté de suicidarme de varias formas. Primero, traté de tomar yodo, pero tenía un sabor tan desagradable que no lograba tomar la cantidad suficiente para matarme. 

Después traté de suicidarme, en dos ocasiones, con pastillas para dormir y lo único que conseguí fueron dos noches de magnifico sueño pero CUANDO DESPERTÉ, ¡AÚN CONTINUABA VIVO! La cuarta vez metí mi cabeza dentro de un horno de gas con la válvula completamente abierta, pero por alguna razón o por un milagro, no funcionó. 

Inhalé el gas pero me aburrí antes de que la muerte llegara y tuve que darme por vencido; estuve con la cabeza dentro del horno por tanto tiempo que cuando la saqué, tenía el pelo blanco. No sé por qué mi pelo estaba blanco, pero así fue.

La quinta vez fue mi gran intento. Estuve a punto de serlo y casi lo logro. Estuve al borde de la muerte, así me lo dijeron los médicos y las enfermeras. 

Apenas lograron rescatarme. Esa vez casi lo logré, pero fue el fin de los intentos de suicidarme.

Verán, yo había hecho un trato con Dios: yo no podía aceptar mi vida tal como estaba, no podría soportar ya el dolor y el sufrimiento, así que le dije: “Voy a intentar suicidarme. 

Esta vez haré un trabajo realmente bueno, con el cual debo morir o casi lograrlo. Será algo convincente. Si Tú me dejas vivir después de este intento, entonces aceptaré mi dolor e intentaré vivir tan bien como pueda. Si me dejas morir, entonces habré hecho lo correcto. “Lo dejo en Tus Manos”.



Para esa fecha había acumulado una gran cantidad de POTENTES pastillas para dormir. Me dijo el médico que cuatro de ellas, tomadas de una sola vez, serían fatales. 

¡Había encontrado EL MÉTODO! Si no me hubieran descubierto ACCIDENTALMENTE, con seguridad estaría muerto ya que casi lo logro.

Guardé las pastillas para dormir hasta que ¡LLEGÓ EL DÍA! MÁS BIEN, LA NOCHE ¡HABÍA LLEGADO LA HORA, NO HABÍA DUDA DE ELLO! 

Agotados todos los medios para curarme, no me quedaba nada más que la muerte para poner fin al tormento, fin al dolor y, entonces, encontrar la paz.



Para ser breve, me tomé el frasco completo de pastillas de una sola vez, me recosté dispuesto a morir, y por un accidente fui descubierto, me llevaron a toda prisa al hospital, me empacaron en hielo, y los médicos y enfermeras comenzaron a trabajar para salvarme. 

Bien, sobreviví a todo esto. Dios había cumplido su parte del trato, me había sacado con vida de esto y me dijo: “Tú vivirás y encontrarás un método para aliviar el dolor y vivir una vida útil y feliz”. 

Por poco muero; los médicos y las enfermeras eso me dijeron. Creo firmemente que fue Dios quien me salvó la vida para servirle. 

Me convencí y nunca más intente suicidarme, ni siquiera volví a pensar en esa idea.



El dolor del que hablamos era desesperación, falta de fe, soledad, depresión y otras emociones atormentadoras. 

El significado y el propósito de la vida desaparecen. No hay nada porqué vivir; nada da la felicidad. 

La desesperanza, la falta de sentido de la vida y la falta de amor, son algo intolerable y los seres humanos no pueden vivir de esta forma 

¡Ya que no podíamos vivir, la única alternativa era morir! 

No teníamos alternativa, no estábamos “locos” sino que buscábamos el único camino que nos quedaba. Si sólo hay un camino no se tiene alternativa y, por lo tanto, tiene sentido tomar el único que existe.



¡Pero, gracias a Dios, existe otro camino para liberarnos del sufrimiento! Lo hemos encontrado y queremos mostrarlo a otras personas que aún sufren. 

Alcohólicos Anónimos, Neuróticos Anónimos y otros grupos anónimos, han ayudado y están ayudando a muchos cientos de miles de personas a recuperarse y continuar bien y tener vidas útiles, felices y productivas. 

EL SUIDICIO PUEDE SER ELIMINADO CUANDO LAS PERSONAS SON AYUDADAS A RECUPERARSE DEL INTOLERABLE DOLOR. 

Nuestro programa ofrece la respuesta a quienes sufren de la enfermedad mental y emocional.



Queremos agradecerte nuevamente Fred, por pedirnos responderte y darnos la oportunidad de presentar este artículo. 

Esperamos que sea de ayuda a tu clase y responda a tu pregunta. 

Te enviamos nuestro amor y nuestros mejores deseos de salud, felicidad y una vida plena y rica, para ti, para los tuyos y para toda la gente.



Sera un placer verte en el Programa de N. A.





Grover B.

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